Definamos primero el catolicismo (del griego καθολικός, universal), por lo tanto el católico es: la persona “universal, que comprende todo” y es una de las ramas del cristianismo con un buen número de fieles, hoy ligeramente superado por las corrientes protestantes o genéricamente denominadas hoy día: “Iglesias Cristianas”, o “Hermanos separados”.Desde su inicio se dividió por los cismas respectivos, las principales: la Iglesia Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Anglicana; aunque existen de 20 a 25 Iglesias Católicas diferentes; de estas la más numerosa es la Iglesia Católica Apostólica y Romana, que abarca el conjunto de iglesias que se declaran en comunión con la autoridad del obispo de Roma, el Papa.
Nota: >Siendo inmenso el tema nos situaremos únicamente en la Iglesia Católica Apostólica y Romana, por ser la más “conocida” entre nosotros los mexicanos<
Un “buen católico”: será aquella persona que perteneciendo a una de estas ramas del cristianismo, de buen ejemplo y cumplimiento, de la ideología que dice profesar; y como la propia definición lo indica , “que sea universal y lo comprenda todo”; el buen católico debe cumplir con:
Los diez mandamientos: según el Catecismo de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, (Pág. 513-622) y que fueron adaptados de los libros de Éxodo (20, 2-17) y Deuteronomio (5, 6-21), son los siguientes:
Todos éstos se resumen en uno solo: Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo.
Y otra cosa importante con la que debe cumplir el “buen católico” son:
Los cinco preceptos que la Iglesia le marca:
1. Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
Estos son los preceptos más destacados e importantes con los que todo “buen católico” debe cumplir y dar testimonio en su vida; o sea, muy buen ejemplo; de ser congruentes con lo que ellos llaman su “Fe”; lamentablemente esto nunca ha ocurrido, ni en el pasado, ni hoy día; a lo largo de 1667 años, desde que se promulga la Ley anti “pagana” en el 341 por Flavio Claudio Constantino (Constantino II), Emperador de los romanos desde el 9 de septiembre de 337 hasta su muerte y que es quien cierran todos los Templos existentes para favorecer al cristianismo y dejarla como religión única permitida, al igual que hiciera su padre Constantino I el Grande legalizador de la religión cristiana por el Edicto de Milán en 313, y quien también convocó el Primer Concilio de Nicea en 325, y que otorgó legitimidad legal al cristianismo en el Imperio Romano por primera vez.
Por este hecho histórico y por la alianza impositiva de reyes y clero, hasta el día de hoy tenemos cristianismo. Aunque en el libro, en el “Catecismo”, se pretendan explicar muchas cosas y en el capítulo segundo de “La Comunidad Humana” (Pág. 476), se expresen conceptos interesantes y rescatables, la verdad es que en tantos años, tanto feligreses, como el clero; y sobre todo “el clero”, no han sido personitas que den cumplimiento a todos los preceptos antes mencionados y que dicen profesar, siendo la mas de las veces todo lo contrario, ya que se sienten poseedores y con la misión de predicar una verdad que solo ellos mismos inventaron.
Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Como frase es verdadera; como frase encierra el máximo conocimiento alcanzable por un ser humano universal y que lo comprende todo.
Lástima que solo sea una frase hermosa, entre los católicos
Juan José garcía del arenal
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